Un país se vive reteniendo aquellos aspectos que se acoplan mejor con el dentro de uno; unos recuerdos suman otros, y mientras unos perduran otros se olvidan; y así día a día, vivencia tras vivencia, todos los días agregamos a la olla personal ingredientes y hacemos nuestra sopa de emociones y pensamientos; y cada dos años emitimos un voto; mi voto es uno que debe estar en los cómputos finales donde se reflejan las sopas que como sociedad supimos hacer, principalmente las de las últimas semanas. Y así se me han pasado seis décadas, mirando resultados.
Y entonces me pregunto, ¿estamos a bordo de la nave pirata “Queen Anne´s Revenge” o del lujoso “Titanic”?
¿Que tipo de sopa nos cocinamos? ¿Es quizás aquella romántica, o la trágica, o la cómica, o la científica-tecnológica, o la social, o la cultural, o la económica, o la religiosa o espiritual, … o la del fracaso?