Días atrás , el periodista Marcelo Longobardi en su programa de las mañanas de Radio Mitre expresó su disconformidad con un Comité de Expertos del Presidente de la Nación, indicando que no parecían estar dándole los buenos consejos que se espera de ellos. Escucharlo me llevó a preguntarme en primer lugar, si para uno los consejos son buenos, no necesariamente tienen que ser buenos para todos, y en segundo lugar, tampoco se debe creer que otros hacen lo que dicen hacer ni de objetivos supuestos o deseables, sin constatarlos con la realidad.
A mi entender, es necesario definir que es lo que está en juego hoy en el mundo. Algunos dirán la salud en medio de la Pandemia del CV19. Otros argumentarán que el hambre de muchos millones en muchos países. Muchos dicen que el sistema capitalista, que no está en condiciones de dar las respuestas que la gente demanda. Otros la falta de una adecuada distribución de la riqueza. Y así un largo listado de justificaciones para el mal que parece haberse extendido por todos los rincones del mundo.
En mi opinión los intereses de las clases dirigentes mantienen un entendimiento de la compleja situación y ejecutan soluciones que no da respuesta adecuada a los problemas sociales, políticos económicos-financieros y culturales, ni en los países mas desarrollados ni en los menos desarrollados. Esto ocurre porque no hay interés en solucionar los problemas generales, ya que están atentos a los de ellos, creyendo que así, mientras tanto, otro los va a solucionar.
Para empezar, creo que lo que existe es un sistema de administración de intereses, y no existe tal sistema capitalista o tal comunista, sino un ordenamiento basado en la cuota de poder que tiene cada individuo y que hace con ella, y que está dispuesto a hacer por mantenerla y decidir al respecto; dependiendo de cuanto de ese poder delegue en sus representantes, tendrá un sistema mas libre u otro menos libre.
Esta libertad o falta de libertad no es económica en cuanto a los recursos, sino también social, cultural, y política. Por señalar uno, el poder de la libertad, de la elección hecha en libertad; otro ejemplo, el poder de confiar en la Ley de los derechos y obligaciones, y en la Justicia para la resolución de los conflictos por diferencias de intereses; otro ejemplo, el poder tomar una decisión de asignación de recursos y como el sistema los administra.
Longobardi tendría que sugerir al Presidente que nada va a solucionar con un Comité de Expertos que en el mejor de los casos entiendan solo de un problema, Salud por ejemplo hoy, porque el problema no es Salud, sino la Salud inserta en un sistema complejo donde los factores políticos, los sociales, los culturales, destruyen cualquier solución que los ignore.
———————–